Shekiná es un estado interior que se revela como un sentimiento divino de la presencia de Dios.
La palabra shekiná, que tiene otras grafías como shekinah, shechina y shekina, es de origen hebreo y tiene la misma raíz que el verbo hebreo shachan que significa "habitar", de modo que shekinah, por extensión, significa "en quien habita Jehová".
Aparece varias veces en las Sagradas Escrituras, los teólogos lo interpretan como "manifestación de la gloria de Dios" o "Presencia Divina". Tanto la Biblia como el Corán presentan pasajes en los que aparece el concepto de Shekiná, citando como ejemplo: " No me eches de tu presencia, ni retires de mí tu Espíritu Santo. "(Salmo 51:11).
Ver también: Santo GrialAsí, cuando se oye la frase comúnmente pronunciada en los círculos evangélicos "Dios habita en mí", significa que esa persona siente la presencia de Dios, su manifestación o la presencia divina en su vida como si Dios habitara en esa persona.
La Shekiná es también un símbolo cabalístico, que representa el elemento femenino en Dios. En este sentido, se ha interpretado como la diosa pagana Lilith -la primera Eva-, cuyo origen sería idéntico al de Adán, es decir, de la tierra. Como Lilith se rebeló contra Dios, porque exigía la igualdad entre ambos, huyó del paraíso y se convirtió en la esposa de Samel -el señor de las fuerzas del mal-.
Ver también: Zeus